Llevamos dos semanas cuidando de los nuevos habitantes de nuestra clase: los gusanos de seda. Cada día limpiamos su cajita (que por cierto, se nos está quedando pequeña. Si alguno se acuerda que traiga una más grande por favor) y les echamos de comer. A algunos les gustan más y a otros nos gustan menos, pero los cuidamos a diario y el fin de semana se los lleva un compañero que promete hacerse responsable de ellos. Nos vamos apuntando en una lista para no repetir. ¡Mirad cómo han crecido! Gracias a la mamá de Daniela por la idea y la donación.
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